Una buena articulación puede lograrse mediante la práctica de ejercicios tendientes a lograr un dominio, cada vez más perfecto, de los músculos del aparato vocal que influyen en los movimientos necesarios para la articulación de las letras. En consecuencia, es indispensable controlar a voluntad, la flexibilidad labial para facilitar y mejorar la articulación. Realicemos los siguientes ejercicios:
- Contráiganse los labios, redondeándolos como para silbar, y distiéndase horizontalmente, hasta el máximo. Repítalo varias veces.
- Afírmense los labios, redondeándolos o comprimiéndolos entre si, para abrirlos seguidamente en forma brusca. Repítase.
- Ejecútese el ejercicio anterior, pronunciando, al abrir los labios, las consonantes explosivas “P” Y “B”, indistintamente.
- Imitar a los animales que soplan o resoplan entre dientes. Imitar por ejemplo, el resoplido del caballo.
- Con los dientes apretados entre sí, lea cada vez en voz más alta, tratando de que se entienda el texto leído.